No fumo, no bebo tanto alcohol como considerarlo preocupante (quien me conoce sabe que me puedo emborrachar con un bombón de licor) y que una de las pocas, por no decir única, adicciones que he tenido ha sido por prescripción médica.
Pero, y como todos los estudiantes en épocas de exámenes, me he hinchado a cafeína para aguantar despierta. ¿Sano? En absoluto, pero lo mismo que tener que comer en todo el día un sándwich en el metro de camino del curro a clase porque si no, no llego ni de coña.
Como ya soy una mujer libre de exámenes, puedo ir medio dormida a trabajar y echarme siestas maratonianas por la tarde. Hasta hace una semana, por la tarde tocaba estudiar, así que tenia que aguantar despierta (aunque pareciera un zombi) como fuera.
De ahí que al día me bebiera unas 3 latas de coca cola y una de red bull al día (bueno, ésta última no todos lo días porque entonces aun estaría con un subidón de la leche). ¿Sano? En absoluto, pero tampoco es sano el tardar cerca de dos horas para ir a trabajar o quedarte encerrada en el metro porque está cascao cuando tienes algún pequeño problema de ansiedad.
En el trabajo tomaba el desayuno de los campeones: Galletas de manzana y un bote de pepsi light (no hay coca cola allí), o de red bull si la noche anterior me había quedado dormida abrazada a mis apuntes de “cosas atómicas”. Ahora tomo agua (y mi cuerpo lo agradece, aunque echo de menos el poder levitar unos pocos cm).
Ahora me tomo una coca cola como todo el mundo y me he quitado del red bull, que aunque antes lo tomaba con vodka, el descubrimiento del vodka negro o de mezclarlo con kivi o blue tropic han hecho que me vuelva más sana.