LLevo aproximadamente cinco años dando clases paticulares y hace poco comencé a currar en una academia. Iba a hacer lo mismo: enseñar a un grupo de estudiantes lo que no han entendido en clase, o al menos intentarlo. Pero reconozco que en todo este tiempo, y sobretodo desde que estoy en la academia, he aprendido también una cuantas cosas.
La primera es que la gente de la generación de mi hermana (es decir, treinta y pocos) lo tienen jodido y van a tener que trabajar hasta los 95 años (si se quieren morir a los 85 se van joder y tener que esperarse 10 años más para poder seguir currando) porque esta juventud a la que enseño son los que van a pagar sus pensiones (juas juas juas). Espero que la mayoria de jovenzuelos no sea como algunas de las alhajas que tengo que soportar y que la generación que vaya después de ellos no sea peor (por lo cuenta que me tiene).
Otra de las cosas es que cada uno tenemos como dos caras: la normal (que la mía de normal tiene poco) y la que mostramos cuando damos clases. Yo como profesora soy como si me hubiera tomado un kilo de frosties, que sacan el tigre que hay en mí. Vamos, que tengo una mala leche dando clase bastante considerable. Esta mala leche solo la saco cuando me tocan la moral (y los huevos), intento respirar hondo y tranquilizarme, pero algunas veces me supera (bueno, muchas veces, pero no quiero tener ningún tipo de antecedente penal xD).
De todas formas, no todos los alumnos que tengo o he tenido son pequeños cabrones, hay unos cuantos que hacen que tenga esperanza en el futuro de la humanidad.
Por otro lado está la actitud que toma el profesor frente los alumnos, se puede clasificar en varios tipos:
- Julie Andrews en sonrisas y lágrimas: te crees de verdad que son pequeños seres inocentes y que les puedes enseñar la materia correspondiente al ritmo de "The sound of music". Nada más lejos de la realidad
-Whoopi Goldberg en sister act: eres una corista pero por cosas de la vida te ha tocado enseñar. No sabes quién tiene menos ganas de esta allí: ellos o tú. Resulta que son buenos cantando y bailando pero como allí no conocen la existencia de cosas como OT y UPA dance (uno, due ,tre...) ven el futuro muy negro. Así que decides montar un grupo de música y luego salir de fiesta con ellos (porque se convertirán en tus coleguillas). Ah! tú no tienes cejas. Aquí encuentro un fallo: que mis clases son de matemáticas, física y química, y de cantar poco.
-Michelle Pfeiffer en mentes peligrosas: Son delincuentes y lo sabes, pero tú eres una mujer dura y con mundo, curtida en la vida misma, y has decidido sacarles del agujero de donde están. Quieres enseñarles que pueden tirar p'alante y que el conocimiento les hará libre y bla bla bla. Handicap: Ni estoy tan curtida, ni estoy tan buena como la pfeiffer (el día que la lycra me siente igual de bien que a ella me lo planteo).
- Sra Rottenmeyer (o como se escriba): Está amargada. Y punto.
En mi caso lo que hago es intentar ponerme en su situación de estudiante (ya que la siento muy cercana xDDDD) y ayudarles como buenamente pueda. En fin, si la cosa es quejarse xD.
Reconozco que en el caso de las clases particulares, salvo un par de cabroncetes, los chavales que tuve eran majísimos (mi pensión $__$).
Próximos capítulos:
- "Qué hacer cuando una de tus alumnas está muy buena (y tiene una edad legal xD)"
- "Crea tus propias matemáticas: qué hacer cuando te preguntan algo de lo que no tienes ni zorra"
-"Alumnos que te doblan la edad: cómo pedir a un séñor con bigote (y que puede ser tu padre) que se calle y te escuche"
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La primera es que la gente de la generación de mi hermana (es decir, treinta y pocos) lo tienen jodido y van a tener que trabajar hasta los 95 años (si se quieren morir a los 85 se van joder y tener que esperarse 10 años más para poder seguir currando) porque esta juventud a la que enseño son los que van a pagar sus pensiones (juas juas juas). Espero que la mayoria de jovenzuelos no sea como algunas de las alhajas que tengo que soportar y que la generación que vaya después de ellos no sea peor (por lo cuenta que me tiene).
Otra de las cosas es que cada uno tenemos como dos caras: la normal (que la mía de normal tiene poco) y la que mostramos cuando damos clases. Yo como profesora soy como si me hubiera tomado un kilo de frosties, que sacan el tigre que hay en mí. Vamos, que tengo una mala leche dando clase bastante considerable. Esta mala leche solo la saco cuando me tocan la moral (y los huevos), intento respirar hondo y tranquilizarme, pero algunas veces me supera (bueno, muchas veces, pero no quiero tener ningún tipo de antecedente penal xD).
De todas formas, no todos los alumnos que tengo o he tenido son pequeños cabrones, hay unos cuantos que hacen que tenga esperanza en el futuro de la humanidad.
Por otro lado está la actitud que toma el profesor frente los alumnos, se puede clasificar en varios tipos:
- Julie Andrews en sonrisas y lágrimas: te crees de verdad que son pequeños seres inocentes y que les puedes enseñar la materia correspondiente al ritmo de "The sound of music". Nada más lejos de la realidad
-Whoopi Goldberg en sister act: eres una corista pero por cosas de la vida te ha tocado enseñar. No sabes quién tiene menos ganas de esta allí: ellos o tú. Resulta que son buenos cantando y bailando pero como allí no conocen la existencia de cosas como OT y UPA dance (uno, due ,tre...) ven el futuro muy negro. Así que decides montar un grupo de música y luego salir de fiesta con ellos (porque se convertirán en tus coleguillas). Ah! tú no tienes cejas. Aquí encuentro un fallo: que mis clases son de matemáticas, física y química, y de cantar poco.
-Michelle Pfeiffer en mentes peligrosas: Son delincuentes y lo sabes, pero tú eres una mujer dura y con mundo, curtida en la vida misma, y has decidido sacarles del agujero de donde están. Quieres enseñarles que pueden tirar p'alante y que el conocimiento les hará libre y bla bla bla. Handicap: Ni estoy tan curtida, ni estoy tan buena como la pfeiffer (el día que la lycra me siente igual de bien que a ella me lo planteo).
- Sra Rottenmeyer (o como se escriba): Está amargada. Y punto.
En mi caso lo que hago es intentar ponerme en su situación de estudiante (ya que la siento muy cercana xDDDD) y ayudarles como buenamente pueda. En fin, si la cosa es quejarse xD.
Reconozco que en el caso de las clases particulares, salvo un par de cabroncetes, los chavales que tuve eran majísimos (mi pensión $__$).
Próximos capítulos:
- "Qué hacer cuando una de tus alumnas está muy buena (y tiene una edad legal xD)"
- "Crea tus propias matemáticas: qué hacer cuando te preguntan algo de lo que no tienes ni zorra"
-"Alumnos que te doblan la edad: cómo pedir a un séñor con bigote (y que puede ser tu padre) que se calle y te escuche"